Solemos pensar que la eternidad de Dios es una referencia a una especie de “falta de tiempo«. Y hay soportes bíblicos que, mal entendidos, pueden llevarnos a creer esa afirmación.
“Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.» Apocalipsis 1:8 RVR1960
“Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.» 2 Pedro 3:8 RVR1960
Es normal asumir una forma de Dios aislado del tiempo al leer estos versículos a la velocidad que la biblia los muestra. Pero si algo tiene Dios es una perfecta ubicación en tiempo y espacio. En Él todo es y “sin él nada de lo que fue hecho se ha hecho«.
En el nuevo testamento se usan dos palabras para describir el tiempo. Ambas provienen de su traducción griega.
Una es “cronos«. Se refiere al tiempo tal como lo conocemos. Es el tiempo cronológico. Es el transcurrir diario de horas, minutos y segundos. Sin mayor detalle: acumulación de determinados espacios transcurridos.
La otra es “kairos«. Es mas trascendental. De ella depende que nos montemos o no en “el tren de la salvación». El tiempo kairos esta asociado a esa gran oportunidad que esta oculta en el cronos y que, sin una sintonía adecuada con el Padre, se nos puede perder.
Si bien todos vivimos día a día nuestro cronos sin dar mayor importancia a los alrededores, no podemos dejarnos sumir por las corrientes de la vida, expuestos al riesgo latente de perder el kairos que tanto esperamos: “Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo.» Colosenses 4:5 RVR1960
http://bible.com/149/col.4.5.RVR1960
Y no tengamos por tardanza la venida del Señor, pues, si Él cambia vidas, también puede cambiar los tiempos. Amén.
Bendiciones.
“Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo.”
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